La escuela de magia Hiccups vuelve a recibir a sus alumnos para un nuevo curso. Nadie sabe dónde se encuentra el eterno villano Bordemor, el innombrable, al que todos nombran sin parar. Todo sigue igual que el año anterior salvo por la intromisión de la profesora Whoopscritch Wheelynuts, de la asignatura de Defensa contra Insultos Medianos, en el Pozo Negro del Terror Moderado, lo que es recibido con alarma por los alumnos.
Mientras se dirigía a estudiar Defensa contra Insultos Medianos en la biblioteca de los Gerbos, Harry Potter se teletransporta por error al Castillo de Aaargghh y encuentra a la Lubina Mensajera, que le lanza la Pipa de Tutatis. Asustado, vuelve a la sauna invisible y la esconde. Poco después, Harry Potter tiene un sueño en el que se ve a sí mismo y a la imprevisible Clara Roft en un jacuzzi mágico. Al despertar lo ha olvidado y se va a jugar un rato a Pettankich, haciendo trampas. Pero el fantasma del Bífidus Realmente Activo aparece para revelarle que debe ir al Vertedero de la Suciedad, y allí se dirige. Al mismo tiempo, en Hiccups se celebra el concurso de la Fiesta de los Novatos y gana el maligno alumno (como su nombre indica) Porkee Fatflatus. La aparición del Guardián entre el Centeno - que siempre miente excepto los martes por la tarde - en la sauna invisible pone a toda la escuela en estado de alerta. La profesora Wheris Waldius va a buscar a Harry Potter montada en su Trigglecar para prevenirlo. Harry Potter monta en su escoba y se dirige hacia el Castillo de Aaargghh, el lugar diabólico.
¡Todo era una trampa! En el Castillo de Aaargghh distingue a Bordemor dando cabriolas. Harry Potter contempla al abogado de Bordemor y el Guardián entre el Centeno construyendo lo que parece ser una criatura artefacto de nivel diez, sin duda para transferir su poder a Bordemor; Harry Potter es apresado por un rayo tractor del abogado de Bordemor, que lo retiene mientras invoca a cientos de orugas para la batalla. Todo parece perdido. Bordemor se muerde una uña y Harry Potter aprovecha para lanzarle el hechizo Los Tres Improperios Soeces (no mata pero deprime), aunque a quien alcanza es al abogado de Bordemor, que se cabrea bastante. Harry Potter usa el hechizo Pohrlospelux para invocar al Peluche del Séptimo Día, pero nada sucede. En el último instante, se escucha un temblor bajo los pies de Bordemor; de las profundidades surge el Peluche del Séptimo Día, dispuesto a defender el Bien, y le golpea hasta que huye, librando a Harry Potter de la lucha y salvándolo otra vez. Finalmente, se exculpa a Harry Potter de sus desobediencias y éste comprende que hasta ahora ha usado hechizos prohibidos y se ha librado de la expulsión porque es El Elegido, pero quizá en la próxima entrega se le acabe el chollo.