Comienza un nuevo curso en la escuela de magia Halfwitts. Todo sigue igual que el año anterior salvo por la entrada en la escuela de la profesora Tresgrosses Cantaloupes para investigar el robo del Látigo de Domm-inn-atriks, un arma mágica con poder para dominar el barrio, lo que es recibido con indiferencia por los alumnos. Nadie sabe nada del maligno Bordemor, aquel que no debe ser nombrado, cuyo nombre está en boca de todos.
Mientras estaba entrenándose para su partida de Pettankich, Harry Potter se teletransporta por error al Pasaje de la Suciedad y encuentra a Truebald el Unicornio sin Cuerno, que le lanza la Pipa de Tutatis. Asustado, vuelve a las Escaleras Mareantes y la esconde. Después, aunque la profesora Whoopscritch Wheelynuts les ha advertido que nunca se acerquen a la Cripta Totalmente Prohibida de noche, Harry Potter convence al aventurero Leeeroy Jenkins de que le acompañe, lo que acepta porque tiene un fuerte sentimiento de admiración hacia él. Ajenos a todo, los inseparables siameses Jack y Chan se encuentran con la embaucadora Elena Bonamcarta y luchan contra ella, sin saber que todo es una estratagema de Bordemor para secuestrarlos. Jack y Chan son vencidos y llevados al Pasaje de la Suciedad. Explorando, Harry Potter y Leeeroy Jenkins detectan una señal de poder que procede de la Cripta Totalmente Prohibida y flotando en un charco descubren el Látigo, el arma legendaria. Harry Potter lo toma y al hacerlo escucha una voz en su cabeza que le suplica que corra hacia el Pasaje de la Suciedad. Harry Potter y Leeeroy Jenkins montan en sus escobas y se dirigen hacia el Pasaje de la Suciedad, origen del mal.
En este momento se forma una movida gordísima. A lo lejos localizan a Bordemor carcajeándose. Harry Potter descubre que el implacable Burócrata Enfurecido y Elena Bonamcarta han formado un ejército de simpatizantes afines a Bordemor; Harry Potter se ve aislado de sus amigos y rodeado por las sombras. Todo parece perdido. Entonces Harry Potter escucha una voz interior que procede del Látigo; la voz le susurra "El secreto del ataque definitivo es...", pero el Burócrata Enfurecido reacciona a tiempo y desarma a nuestro héroe de una pedrada. Leeeroy Jenkins, presa del pánico, ve pasar su vida ante sus ojos y así se entretiene. En el último instante, aparece la Doncella del Hades envuelta en una esfera de poder y bastante cabreada por no haber intervenido en la historia hasta el momento, y se dedica a patear a los villanos y expulsar a Bordemor de este plano hacia otro un poco más inclinado. Harry Potter y Leeeroy Jenkins se salvan de la muerte una vez más. Finalmente, como Harry Potter lo ha pasado tan mal se le perdonan sus fechorías y éste comprende que no hay como ser famoso para que todo el mundo haga lo que uno quiere.