La escuela de magia Hiccups vuelve a recibir a sus alumnos para un nuevo curso. No hay noticias del eterno villano Bordemor, el innombrable, al que todos nombran sin parar. Todo sigue igual que el año anterior salvo por la entrada en la escuela del profesor Barblancus para investigar el robo de la Llama Fría de Isidrul, un arma mágica con poder para dominar el barrio, lo que es recibido con júbilo por los alumnos.
Mientras Harry Potter estaba entrenándose para su partida de Blowjling en compañía de su amigo Petroff Smirnoff, el estudiante ruso de intercambio, encuentra el collar de orejas de Kobold. Intrigado, decide esconderlo en sus calzoncillos y preguntar al profesor Barblancus sobre ello. Pero el profesor Barblancus sólo mira a los lados, lo guarda en su chaqueta y sale corriendo. Mientras, los Altos Elfos y Enanos Bajitos que viven en la Caverna de la Muerte Súbita culminan su plan diabólico para hacerse con los Brujos Fantasma con oscuros fines. Por su parte, la embaucadora Elena Bonamcarta usa la magia oscura para hacerse con el collar de orejas de Kobold y esboza una risa maligna. Harry Potter descubre que el Sombrerero Sin Cabeza es su némesis y culpable de robar los Brujos Fantasma para Bordemor. En ese momento, aparece el Guardián entre el Centeno - que siempre miente excepto los martes por la tarde - y rapta a Petroff Smirnoff, llevándoselo a su guarida en la Caverna de la Muerte Súbita. Harry Potter lo sigue hasta allí, donde aparece Bordemor en ese momento gritando bastante alto y blandiendo la Llama Fría.
¡Todo era una trampa! Screecht la Retorcida, Elena Bonamcarta y el súper-guerrero legendario Nuck Chorris aparecen entre la bruma y crean un escudo de fuerza que protege a Bordemor; Harry Potter se ve aislado de sus amigos y rodeado por las sombras. Todo parece perdido. Harry Potter esquiva a duras penas el ataque de la Llama Fría de Bordemor, que sin embargo alcanza al maligno alumno (como su nombre indica) Porkee Fatflatus que pasaba por allí y le tira al suelo. Bordemor agita la Llama Fría en el aire y lanza un pepinazo que le quema las cejas a Harry Potter. En el último instante, se escucha un temblor bajo los pies de Bordemor; de las profundidades surgen los Brujos Fantasma, dispuestos a defender el Bien, y le derriban sin piedad, salvando a Harry Potter de una muerte segura una vez más. Finalmente, los profesores aprueban las acciones de Harry Potter para que no se sienta mal y éste comprende que mentir es malo, excepto si lo hace él y es para conseguir algo.