La escuela de magia Hotfrakks vuelve a recibir a sus alumnos para un nuevo curso. No hay noticias del eterno villano Bordemor, aquel que no debe ser nombrado, al que todos nombran constantemente. Todo sigue igual que el año anterior salvo por la entrada de la profesora inglesa Angela Klamstbury para impartir la asignatura de Protección contra Consonantes Duplicadas, lo que es recibido con júbilo por los alumnos.
Mientras estaban ensayando el hechizo Ostittu Kepottra (te salva de todo pero sólo si se lanza en el último cuarto de película), el imprevisible Leeeroy Jenkins cuenta a Harry Potter la existencia del Maniquí Poseído porque lo ha visto en un cartel en la sauna invisible. Por su parte, el risueño alumno Rofl Mao confiesa a Harry Potter que toda su vida ha querido ir al Pantano de Satanás y Harry Potter accede a acompañarlo, más que nada porque no tiene nada mejor que hacer. Al mismo tiempo, en Hotfrakks se celebra el concurso de la Fiesta de las Paellas y gana el malvado esbirro Sach'a Mor'on. Harry Potter y Rofl Mao encuentran en el Pantano de Satanás a la horrible Suegra Cadáver y deben enfrentarse a las peligrosas pruebas que les propone. En mitad de una, bajo un troll que llevaba convertido en piedra desde la escena veinticuatro, encuentran la Honda de Pedhr'Osha, el arma mitológica. Harry Potter la toma y al verlo la Suegra Cadáver se amedrenta y huye hacia el Pasaje de la Magia Opaca. Harry Potter y Rofl Mao salen en su persecución.
¡Todo era una trampa! Frente a ellos distinguen a Bordemor dando cabriolas. Harry Potter descubre que la Suegra Cadáver y el malísimo Draco Pinkfloy conspiraban ocultos, extrayendo poder del Maniquí Poseído y planeando ayudar a Bordemor a conquistar Hotfrakks; Harry Potter es apresado por un rayo tractor de la Suegra Cadáver, que lo retiene mientras invoca a más de nueve mil duendes para la batalla. Todo parece perdido. Rofl Mao, asustado, intenta pedir ayuda con el móvil pero no tiene cobertura. Harry Potter intenta usar la Honda pero como nunca ha usado una se lía y atiza a Draco Pinkfloy. Bordemor ríe y le quita el arma. En el último instante, Rofl Mao se sobrepone y, usando su varita, inicia un terrible ataque que envía a la Zona Fantasma a la Suegra Cadáver y derrota a Bordemor, librando a Harry Potter de la lucha y salvándolo otra vez. Finalmente, como Harry Potter lo ha pasado tan mal se le perdonan sus fechorías y éste comprende que la cicatriz de su frente (que se hizo al caer del árbol desde donde espiaba a la enigmática Hulkya Byrnessen) tiene un poquito que ver con el trato de favor recibido.