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Matt Harding en Madrid

Hoy voy a salirme un poco de mi temática habitual y voy a entrar de lleno en una faceta absolutamente friki, que hasta ahora yo mismo desconocía. Hay que frivolizar un poco de vez en cuando.

La historia de Matt Harding es de las que dan envidia. Este americano nacido en Connecticut trabajaba como programador de videojuegos en Brisbane (Australia), cuando un buen un día se planteó que quería hacer otras cosas, dejó su trabajo y se dedicó a viajar por el mundo. Tras unos meses de viaje alguien le sugirió que podría grabar un vídeo de sí mismo haciendo un peculiar baile en cada uno de los países que visitaba, y eso fue lo que hizo. Al terminar sus viajes publicó en Youtube un vídeo en el que unió las escenas de todos los países en los que aparecía bailando, y éste tuvo tal difusión que una marca de chicles le propuso patrocinar su segundo viaje. No le costó mucho decidirse…

Matt and Remo
Matt con Remo, el organizador
Actualmente Matt está realizando su tercer viaje alrededor del mundo, y el día 9 de junio de 2007 fue el que eligió para bailar en la plaza mayor de Madrid. Normalmente Matt invita a todos los que quieran a bailar a su lado, que no suelen ser demasiados. Lo que fue diferente esta vez es que un blog español, CPI, admirador y seguidor de sus andanzas, tuvo la iniciativa de animar a sus lectores a participar en el baile, y el resultado superó todas las expectativas. Como dijo Matt a los que estábamos allí antes de dar las indicaciones para el baile, «He estado antes en Madrid, ¡pero nunca fue así!».
Tuvimos que hacer cola para registrarnos y entregar el papel firmado en el que se cede a la empresa Stride de chicles el derecho a utilizar las imágenes grabadas (todo jerga legal a la americana).
Matt y un ente anóNImo
El propio Matt, asistido por su novia Melissa, nos saludó, recogió las hojas y nos hizo una foto a cada participante. Me sorprendió que, tras meses de viaje, y aunque el día anterior había estado en Lisboa y al día siguiente le esperaban en París para hacer exactamente lo mismo, Matt nunca dejaba de sonreir y posar con quien le pidiera una foto en cualquier momento. El total de participantes registrados fue de 180 personas. El organizador, Remo, comentaba que no había recibido respuesta a la nota que envió al ayuntamiento avisando de una congregación medianamente grande de personas, pero no parecía que la policía fuera a tomar medidas. Al fin y al cabo, una panda de frikis con camiseta naranja no debía de parecer una gran amenaza.

– Son más de cien. ¿qué hacemos, capitán Fresnedillo?
– No parecen peligrosos. Mantenedlos vigilados pero sin intervenir. Eso sí, si sacan los sables láser, cargad.

Finalmente se hicieron varias tomas, dos de ellas de Matt bailando enfrente del grupo completo y otras dos con él en el centro bailando en solitario unos segundos y siendo engullido después por el grupo de bailarines surgiendo por ambos lados.

No pude quedarme hasta el final, en que los del grupo naranja posaron para CPI, pero aparte de esto fue una experiencia interesante. Yo interpreto el fenómeno «Matt Harding» como un reconocimiento espontáneo a la iniciativa, a la posibilidad de destacar por méritos propios en una Internet superpoblada, demostrando que hay otras cosas aparte del camino establecido; por otra parte, me gusta la actitud de quien, en su sección de datos personales, incluye la frase «Matt thinks Americans need to travel abroad more». No es el primero que realiza un blog de viajes, pero si su fama hace que algunos americanos se planteen que hay vida fuera de su estrecho y limitado «mundo libre», quizá haya servido para algo.

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