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El «autobús ateo» de Richard Dawkins

Se pierde la virginidad de la fe para adquirir la maternidad de la razón.

Nicolás Salmerón

Quien no quiere razonar es un fanático; quien no sabe razonar es un tonto; y quien no osa razonar es un esclavo.

W. Drummond

Apoyo la libertad de expresión en todas sus formas y la campaña de Dawkins me parece una más de las formas posibles, tan válida como esta otra o cualquiera que no incite al insulto o la violencia. Es una lástima que la forma en que está redactada, demasiado breve y malinterpretable, la hace blanco fácil de críticas (¿por qué sería más feliz la gente que no cree en Dios? ¿por qué «probablemente»?) pero como excusa para otras reflexiones es un comienzo.

Estoy a favor de todo lo que sea promover el debate, la duda, la argumentación y el razonamiento.

Pero de una cosa estoy seguro y es una verdad única e inamovible: el Monstruo Volador de Espagueti se ha aparecido en mi jardín. ¡Alabado sea!

¡El Monstruo Volador de Espagueti en mi jardin!

Actualización (19-1-2009): el avistamiento en la nieve ha sido publicado por el creador del movimiento Pastafari, Bobby Henderson, en Venganza.org.

10 de Respuestas

  1. paco dice:

    no entiendo muy bien que tiene que ver la fé con la razón. ¿son acaso incompatibles?

    la fe es como el gusto por unas cosas y no por otras, no hay que buscarle explicacion racional porque no la tiene.

    yo tambien estoy a favor del pensamiento racional, de promover el debate, la duda, la argumentación y el razonamiento.

    Y tengo fé.

    Saludos para todos

  2. Ni! dice:

    paco, gracias por participar. Personalmente no veo que la fe – concretamente en este caso entendida como creencia en un Dios – tenga puntos en común con la razón, ya que por definición la fe supone la falta de pruebas o demostración de aquello en lo que se cree. La fe implica renuncia al razonamiento. Esto no quiere decir que quienes tienen fe sean personas irracionales, por supuesto, sólo que en ese aspecto concreto eligen creer. Además, pienso que, contrariamente al eslogan del «autobús ateo», los creyentes tienden a ser menos infelices en su vida puesto que han encomendado su destino a manos de un ser superior que da un sentido a su existencia; para los no creyentes la alternativa es bastante menos halagüeña, sin duda.

    Lo que valoro de todo este montaje del autobús es la oportunidad de contemplar las reacciones de la gente. Por algún motivo, algo tan sencillo de entender como el que una persona pueda creer en algo y otra no, se vuelve indignación o intransigencia cuando se trata de cualquier tema relacionado con la religión. Exponer la frase «Probablemente Dios no existe» no debería ser un problema para nadie. Quien no esté de acuerdo debería pensar que quien la escribió está equivocado y nada más, al igual que quien no cree en Dios escucha en navidad «Dios ha nacido» cientos de veces y no por eso inicia una campaña para acabar con los villancicos.

    En estos últimos meses he visto una proliferación exponencial de blogs y sitios web que se declaran ateos reclamando que el no creer es una opción tan válida y respetable como la contraria. El «autobús ateo» es un paso más hacia ese deseo de visibilidad y reconocimiento del numeroso grupo de los no creyentes. Y espero que al final, este asunto sólo sea una anécdota que trató de recordarnos que cada cual es libre de elegir el sentido que quiere dar a esta existencia y que debería poder hacerlo sin esperar a cambio la crítica o el odio de quienes han elegido un sentido distinto. Y esto vale para todos.

  3. paco dice:

    hola de nuevo.

    De acuerdo contigo en todo salvo en que la fe implica la renuncia a la razon. Para mi la fe llega donde la razon no puede. Creo que hay que aceptar que las herramientas intelectuales al alcance del hombre no son suficientes para conocer el universo. La capacidad de conocer del hombre, ¿es limitada o es infinita? Yo creo que es limitada, porque si no estaríamos en disposición de comprender la propia esencia de nuestro ser, y ¿podria un ser limitado comprender la esencia misma de su ser?

    En definitiva, que creo que hay cosas que se nos escapan, y que se nos escaparán siempre, que no están al alcance del intelecto. Y a partir de ahí entra la fe, por eso digo que no son incompatibles la fe con la razón.

    Con respecto al autobus, cada cual es muy libre de gastar su dinero en lo que quiera.

    saludos,

  4. Ni! dice:

    Estoy de acuerdo en que la capacidad del hombre de comprender el universo es limitada, aunque no comparto que este hecho deba hacernos abandonar la búsqueda de respuestas. La cuestión principal es si para explicar el universo es imprescindible introducir la idea de un ente creador y «tirar la toalla» de la explicación, o si por el contrario podemos encontrar teorías que también expliquen lo que nos rodea utilizando únicamente modelos físicos. Y es llegado a este punto cuando se produce la división entre razón y fe. El creyente decide que la única explicación posible es un ser superior y rechaza a los que trabajan para encontrar soluciones al problema de la existencia de la materia. No importa que la investigación en física cuántica esté produciendo modelos que pueden llegar a explicar el universo con las leyes conocidas, para un creyente nunca será suficiente.

    En este punto encuentro siempre difícil el diálogo con la gente que cree que la única explicación posible de la existencia es Dios. Yo también puedo preguntarme: ¿por qué es imposible que exista otra respuesta? El creyente introduce para su explicación a un ente que es perfecto, eterno, sin principio ni fin, que existe desde siempre. Encuentro tan difícil llegar a creer – mediante la fe – en una entidad tan extraña, como un creyente puede encontrar difícil aceptar, por ejemplo, que la materia existió desde siempre y el universo solamente sigue una serie de ciclos de expansión-contracción de esta materia. La diferencia es que el no creyente seguirá poniendo a prueba sus teorías con cada nuevo descubrimiento y no cejará hasta encontrar un modelo que sea coherente y satisfaga las leyes físicas; mientras que el creyente ya ha abandonado ese camino. Esa es para mí la diferencia entre fe y razón, o fe y ciencia.

    Si puedo elegir entre un Dios sin creador, que existe desde siempre, al que no aspiro a poder explicar con leyes físicas, o un Universo sin creador, que existe desde siempre, al que aspiro a poder explicar con leyes físicas, elijo el segundo. Al primer camino lo llamo fe y al segundo, ciencia.

    Saludos y disculpas por las parrafadas que me están saliendo :)

  5. Lordo dice:

    Que los favores del monstruo espaghetti volador llenen tus días por tu solidaridad.

  6. hécuba dice:

    Con lo bonito que es eso de Vive y deja vivir, pero nos empeñamos en que los demás sean como nosotros y así nos va. En esto de las creencias y no creencias los dos bandos son iguales. Respecto al mensaje del autobús da demasiado por sentado que los que creen no disfrutan de la vida y que se pasan todo el día preocupados lo que ya no le da un tono neutral, ya parece que está diciendo lo mejor es «no creer», cuando en realidad «creer» o «no creer» sólo son opciones y ninguna es mejor que la otra.

    Saludos,

  7. Ni! dice:

    Lordo, espero de verdad que todo termine bien y La Voz siga hablando por mucho tiempo.

    Hécuba, tienes mucha razón, no hay necesidad de imponer nada a nadie. Aún así, creo que los que sí creen llevan bastantes siglos de ventaja imponiendo su visión a los que no y creo que este autobús es un intento, no de sermonear, pues, como dices, el mensaje elegido es bastante tonto, sino de comprobar que muchos que «creen» no toleraban ver un mensaje contrario en los mismos autobuses que, en Londres, semanas antes, habían mostrado mensajes bíblicos sin problemas. O sea, fue un test de tolerancia. Creer y no creer son opciones válidas, pero el revuelo que se formó con el «no creer» muestra cierto desequilibrio en cuanto a libertad de expresión.

  8. hécuba dice:

    Voy a hacer un poco de abogado del diablo. Por supuesto que, en este país, por ejemplo, lo de creer se lleva imponiendo desde siempre y que ahora que se oyen más voces en contra, se demuestra que los que creen no son tan tolerantes con la otra opción, tan acostumbrados como estaban a ser la única opción . Pero creo que la intolerancia es mutua. Antes nadie protestaba y nadie decía nada porque parece que desde que nacías tenías que creer a la fuerza, la educación, ya sabes; pero ahora que se perciben más las diferentes opciones, creo que en los dos bandos se pueden encontrar intolerantes. Que metan más ruído los creyentes a la hora de protestar, seguro; que los no creyentes están acostumbrados (a la fuerza, pero acostumbrados) a que se imponga la religión, y quizás por eso no protesten tanto, también. Pero en mi círculo de amistades y no tan amistades conozco más gente «no creyente» intolerante con los creyentes que alrevés, quizás porque son mayoría, no sé. En otros círculos más elevados y mediáticos, la iglesia no se distingue por su tolerancia, desde luego.

  9. Ni! dice:

    Totalmente de acuerdo contigo, Hécuba. Se nota en el ambiente. Está aumentando la proporción de quienes se declaran no creyentes y, como en todo, también se empiezan a ver más sus «variantes», desde las silenciosas a las intolerantes. También se distingue otra línea, la de los «ateos practicantes», que no son extremistas pero se sienten obligados a reaccionar ante lo que consideran excesos actuales de la Iglesia. Por su parte, alguna rama creyente extremista también está reaccionando, creando nuevos conceptos como la teoría del «diseño inteligente», que es un dedo enorme metido directamente en el ojo de la ciencia.

    A veces es difícil decidir dónde termina el desacuerdo y comienza la intolerancia. ¿Qué se considera provocación? Para muchos no creyentes, la religión es un invento humano nacido de la necesidad de creer en algo más y que se ha usado de muy mala manera por quienes lo han administrado, en su propio provecho. Eso les cabrea. Más aún, la religión se interpone en el camino de la ciencia al censurar teorías que no tienen a Dios como centro y así vemos a Darwin cuestionado o tachado de farsante. Eso les indigna y les mueve a reaccionar porque para ellos el conocimiento es sagrado y privar al mundo del conocimiento, de la ciencia, es un delito que debe ser combatido. Ahí tienes los dos bandos y por qué esto va a ir a más en los próximos años. Hasta ahora los creyentes tenían sus principios y se armaba la gorda cuando se los tocaban. Ahora los no creyentes empiezan a reaccionar igual.

    Yo mismo pongo mi granito de arena siempre que puedo. Al fin y al cabo estoy viendo muchas webs influyentes donde, para rebatir a Darwin, lo comparan con Hitler porque dicen que la teoría de la evolución es racista. Ay… «contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano».

  10. hécuba dice:

    Lo malo de la religión no es la religión en sí sino de los que la utilizan de mala manera, que son legión. Tú ya has puesto ejemplos, para que hablar más. Lo malo es que empaña el trabajo y acalla las voces de otros que la viven de otra manera.

    Un saludo,

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