Historias del ZX Spectrum (1/3): BASIC y anillos

Voy a compartir unos cuantos recuerdos de juventud, y de paso dejar recopilados unos cuantos programas que he recuperado de viejas cintas.

Comencé en el mundo de la informática personal en 1985, año en que tuve mi primer ZX Spectrum: ese pedazo de máquina con unos impresionantes 16K de memoria RAM que ya los quisiera para sí un VIC-20. Como para todos los chavales de mi época, supuso una revolución y la puerta de entrada en el mundo de la informática sin las limitaciones de tener que esperar al horario de clases del instituto para usar aquellos IBM 5150 de fosforito verde (si la memoria no me falla) con los que di mis primeros pasos en BASIC.

Cierto que el Sinclair BASIC del Spectrum era un tanto peculiar respecto al que ya conocía, pero no costaba adaptarse. Especialmente disfruté del distinto comportamiento del operador AND, que podía evaluarse como un condicional al estilo del operador (?:), lo que permitía compactar en una sola línea lo que habría supuesto una gran cantidad de IF-THEN en BASIC estándar.

No conservo demasiados programas. Todos eran pruebas personales, intentando más desarrollar la parte artística (gráficos y sonido) que la programación. Tengo especial cariño al primer juego que terminé, que era la versión “muy-muy-minimalista” del lanzamiento de martillo del juego arcade Track & Field, uno de mis favoritos de la época. Tenía tiro parabólico, música, colorines…

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Mis juegos no eran de tipo arcade de plataformas, sino que buscaba conseguir algún efecto distinto. Por ejemplo, algo que se repetía en todos mis programas era la música. Aunque no viniera a cuento o fuese tan machacona como la del Manic Miner, siempre me las apañaba para incluir un trozo musical en alguna parte. Por ejemplo, un juego en el que busqué un efecto de profundidad (y que la música durante el movimiento se ocupa de arruinar), y una demo navideña con una música a dos voces usando el simple comando BEEP del Spectrum.

Por aquella época ya había realizado la ampliación de memoria de 16K a 48K, pues necesitaba más espacio para mis nuevos proyectos.

 

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A pesar de que mis primeros programas incluyeran sonido o gráficos, lo que siempre me atrajo fueron las aventuras conversacionales. Recuerdo perfectamente el día en que compré el juego The Hobbit en una tienda de Valladolid. No lo conocía, no había publicidad sobre ello, tan sólo una cinta expuesta en un escaparate junto a otras (lamentablemente no eran originales… algunos comercios ya practicaban la piratería impunemente en esa época), pero la temática de Tolkien me atrajo y lo compré. Desde entonces, esta gran adaptación con su maravilloso parser fue mi juego favorito de Spectrum. Luego vinieron los de Adventure International, como Gremlins o The Hulk, este último muy difícil y para el que mandé una solución completa a MicroHobby; Lord of The Rings, The Pawn…  más tarde, en mis tiempos de universidad, descubrimos que desde el VAX del centro de cálculo se podía acceder via internet a aventuras multijugador como el MUD… pero esa es otra historia y habrá sido contada en otro lugar.

Mis siguientes programas siempre tuvieron algo que ver con textos y descripciones. Alguno de los libros de aprendizaje que compré trataban estos temas, como Inteligencia Artificial: conceptos y programas de Tim Hartnell, una joya.

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Finalmente, la mayor alegría que tuve en este tiempo fue la publicación de un programa mío en la revista MicroHobby Cassette. Se trataba de un juego de aventura inspirado en Tolkien, de estilo conversacional salvo que toda la interacción se realizaba pulsando teclas para las distintas acciones. Permitía coger y usar objetos a lo largo de unas 20 localizaciones, e incluía un personaje pseudo-aleatorio con vida propia, de nombre Zork (referencia intencionada) con quien podíamos cruzarnos y que intentaría robarnos o atacarnos. Está enlazado en World Of Spectrum con el nombre “Anillos del Poder“.

Visto a día de hoy me parece un juego soso con unos gráficos minúsculos, pero en perspectiva no olvidemos que estamos en el año 1986, estaba escrito íntegramente en BASIC y todos estábamos aprendiendo a movernos por ese mundillo de forma autodidacta.

En todo caso, fue un gran aliciente para confirmar que mi vida iba a continuar por la senda de la informática.

Visto en retrospectiva, mi generación ha sido una de las primeras que ha vivido en directo todo el recorrido desde una sociedad sin ordenadores hasta la era de la información actual, y si bien a veces parece que el ritmo al que se producen los cambios ya supera nuestra velocidad de adaptación, es un gran privilegio haber podido vivirlo en primera persona.

 

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Parte 2/3: Un juego completo inédito y composiciones musicales para el Spectrum +3.

Parte 3/3: Gráficos y personajes para un juego en proyecto.