¿De qué me suena? Roque Baños y Danny Elfman

3 de Respuestas

  1. Sergi says:

    Tengo la impresión de que a veces las “querencias” pueden llevarnos a calificar de homenaje o inspiración lo que es puro plagio…

    La cita o el homenaje se han dado siempre (que se lo digan a Bach que sin pudor alguno adaptaba conciertos de Vivaldi o Marcello para otros intrumentos), en la música contemporánea la cosa creo que es aún más habitual (ejemplo típico: el tercer movimiento de la sinfonía de Berio, que es un collage de compositores desde Beethoven hasta Pierre Boulez pasando por Schönber, Ravel o Stravinski), PEro todos estos casos o bien se trataban de meras transcripciones, respetando la música o bien de citas o inspiración para hacer algo nuevo que como conjunto no suena en absoluto a las piezas que “recicla”, pero lo de los compositores de cine hay veces que n otiene nombre. Williams se inspira, coje temas y motivos de aquí y de allá y le da un toque personal que funciona, tiene una coherencia y una homogeneidad, pero otroso como Hans Zimmer me parecen auténticos ladrones que escriben bandas sonoras en las que las mejores partes son precisamente las que ha tomado y maquillado levemente de otros.

    En fin, tal vez algún día la música de cine pueda dejar de ser la p*ta de los géneros musicales; tal vez algún día los directores la traten de igual a igual, como hacían los directores soviétidos que encargaron música a Shostakóvich, Jachatiruán, Prokófiev y tantos otros. Creo que es en el libro de alex Ross “El ruido eterno” donde menciona que, creo que era Eisenstein, incluso esperó a que, no recuerdo si era Prokófiev, terminase la partitura para rodar la escena. Increíble, verdad? Es la diferencia entre un artista y un mercachifle de imágenes como suelen ser la mayoría de directores.

    Saludos.

  2. Sergi says:

    Por cierto, veo que he metido teclazos que hacen daño a la vista por todas partes, jeje. Es que este formulario me muestra el texto que escribo en gris claro sobre blanco, así que es un poco com oescribir a ciegas.
    Mis disculpas

  3. Ni! says:

    Sergi, no sé si lo de las “querencias” lo dices por la música de La Comunidad o en general, pero… sí, cuando hablo de mis favoritos tiendo a ser más benévolo. ;)

    Es un tema difícil el llegar a llamar a algo “plagio”, pues como bien dices, todo compositor tiene sus maestros y sus fuentes de las que bebe y la línea que separa la influencia de la vulgar copia puede ser bastante subjetiva. Por ejemplo, mencionas a Hans Zimmer como ejemplo de “ladrón”; yo imagino que uno de los ejemplos a los que te refieres es el de la banda sonora de Gladiator. Sus parecidos con la suite de Los Planetas de Gustav Holst llevaron a sus herederos a presentar una denuncia de plagio contra Zimmer. Aunque a mí me parece que James Horner tendría muchos más motivos para recibir acusaciones parecidas.

    Y estoy completamente de acuerdo contigo, pocos directores aprecian el gran valor que una banda sonora aporta a una narración cinematográfica. Recuerdo el dato que comentas sobre Prokofiev, no sé dónde lo leí pero el director sí era Eisenstein y se trataba de la película Alexander Nevsky, que era la primera con sonido que él rodaba (hablamos de los años 30). No creo que hoy en día ningún director llegue a esos extremos, pienso que lo más parecido son algunos tándem director-compositor que consiguen encontrar la proporción adecuada entre ritmo cinematográfico y musical, como Spielberg-Williams o Burton-Elfman.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *