Smart girl

Muchas veces me he preguntado: ¿es posible dar una educación perfectamente equivalente a un niño y una niña de forma que puedan seguir sus inclinaciones naturales, sin verse afectados por la distribución de roles que la sociedad suele imponer? Y siempre me he respondido: sí, siempre que no hubiera interferencias externas. Pero ahí termina la reflexión, porque ni el más dedicado y ecuánime de los padres puede luchar contra la avalancha de información que traspasa cualquier barrera de lógica y razón que se intente levantar. No, mientras el mensaje venga expuesto en escaparates que los niños no pueden dejar de ver, escrito en envoltorios que van dedicados sólo a ellos. Y es que algunos juguetes, aparentemente benévolos e inofensivos, son a veces nuestros educadores ocultos, el carril invisible hacia la masificación y el consumismo, donde se crean muchas de las innecesarias necesidades que todos desarrollaremos con el tiempo. Y la publicidad es su propaganda.

Para quienes piensen que todo lo anterior es una cháchara sin sentido, traigo hoy género de primera clase. Con esto no hay confusión posible: manzanas o peras, ostras o caracoles, aquí no hablamos en medias tintas. Basta con ver los nombres de marca, las fotografías y los colores elegidos.

Por un lado, a partir de 6 años tenemos un producto bilingüe para los que quieren que sus retoños sean unos «genios listos» en potencia.

Por otro lado, a partir de 6 años tenemos un producto bilingüe para los que quieren que sus retoños sean… «niñas» en potencia.

Lo mejor de todo es que ambos son el mismo producto. Sólo cambia el nombre.

En temas de personalización femenina ya deberíamos estar curados de espanto, el mercado sólo ofrece lo que la sociedad demanda. Recordemos el lanzamiento en abril de 2004 de la Game Boy Advance sp Girls Edition, fecha en que incluso se inauguró una dirección web propia: http://www.nintendogirls.com (ahora «misteriosamente» redirigida). O el lanzamiento a mediados de 2006 de la Nintendo DS «Noble Pink». Pero éstos son para un público más crecido, capaz de tomar sus propias decisiones.

Alguien debería mencionar a la empresa Vtech que «girl» y «smart» no son conceptos excluyentes.

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